jueves, 28 de octubre de 2010

Cuando dejas volar la imaginación... salen cosas así.


Por un instante, descubrió su verdadera memoria, galopando por pequeñas praderas de riegos interminables.
-¡Corred, huid!- dijo el tío Albert.
-¡Pero nos matarán! -contestó el tío Albert.
Y así fue


_____________________________________________________________________________



Como si de un trotamundos se tratase, la pequeña Dorothy temblaba y amargaba la existencia de un cuervo blanco que sobrevolaba el tresillo. No es más cierto que estaba harto, pero no tenía más opción.



_____________________________________________________________________________


Hablaba, hablaba, hablaba, pero a la vez no decía nada. El joven estaba un tanto hasta las narices de aquella mujer, y cuando así se lo hizo saber (-Uganda, hablas, hablas, hablas y no dices nada. Estoy un tanto hasta las narices.) ella le contestó algo que lo dejó estupefacto (-Lo mismo pienso yo de ti. ¿A que no te habías dado cuenta?)


_____________________________________________________________________________


-Sólo una vez más cariño.
-¡Ya te he dicho que sí!
-Por favor, amor, dime que sí.



Necesitaba escribir algo.